Localización
La localidad de Huergas se encuentra a una distancia de la capital del concejo de unos 2 km. Limitan sus términos territoriales por el N. con los de La Pola y Peredilla, por el S. Peredilla y Puente de Alba, por el E. con Llombera y por el O. con Nocedo.
Historia
Huergas o “Guergas”, como Madoz la nomina al referirse a esta localidad en la voz que da entrada a la descripción que de ella hace en su “Diccionario”, o nombrada también como “Huelgas” por Jovellanos en sus “Diarios”. Tiene esta localidad un barrio o anejo conocido como El Millar, formando juntas una misma unidad administrativa desde el año 1582.
El actual asentamiento poblacional es el resultado, posiblemente, la suma de otros hoy despoblados, entre ellos, San Frechoso, Conforceo o Samés, de los que aún perviven, como restos arqueológicos, algunos enterramientos.
Perteneció Huergas en señorío al obispo de Oviedo, posiblemente, desde tiempos de Alfonso III, allá en los comienzos del s. X, pasando más tarde, en tiempos de Felipe II a ser de realengo, para concluir en manos del condado de Luna.
Situado en el término territorial de Huergas se encuentra el primer monumento del concejo, el Santuario de Nuestra Señora del Buen Suceso.
Dentro del caso urbano la iglesia parroquial, sin duda, es el edificio más relevante, se levanta en el centro de la localidad y su estilo arquitectónico más relevante está sometido al barroco, siendo el s. XVIII el de su construcción formal, apreciándose de forma evidente, en algunas de sus partes, aditamentos contemporáneos. Bajo la advocación de San Martín estaba servida a mediados del s. XIX, como indica Madoz, por un cura de ingreso y patronato real. Este edificio religioso cuenta con una sola nave y cabecera, unidas por un arco de triunfo de medio punto que se realiza en piedra sobre una imposta resaltada del mismo material. La cabecera está cubierta por una bóveda de cañón, y la nave, que en otro tiempo debió de llevar armadura de madera, está remozada y arreglada recientemente. En la actualidad la nave es más elevada que la cabecera y presenta, a los pies, su correspondiente espadaña que se eleva con dos cuerpos y remate en forma de frontón.
En el Millar se localiza una pequeña ermita, cuya fortuna ha resistido al tiempo perdurando para común complacencia y que dedican al apóstol San Mateo.
La localidad cuenta con renombrado “Archivo”, de cuyo contenido, sin catalogar, no conocemos más que algunos documentos que no se remontan más allá de principios del siglo XVI. Al decir de Escobar en “Apuntes... ”, está compuesto por varios legajos correspondientes unos a aperos, ejecutorias de nobleza, actas de visita y residencia, ordenanzas, etc.
Texto: Don Pío Cimadevilla Sánchez.